Publicado en 1992 por Unión Editorial, surge en el contexto de la polémica sobre el problema del cálculo económico socialista reavivado por la Escuela Austriaca. Su autor, economista discípulo de Mises y Kirzner, defiende que solo el mercado libre, mediante la función empresarial, permite coordinar la información dispersa y fomentar innovaciones. Dividida en dos secciones —una expositiva de la teoría praxeológica y otra crítica de los esquemas socialistas— aborda temas como el conocimiento económico, la iniciativa emprendedora subjetiva, la escasez de incentivos y la coacción institucional. Con argumentación teórica y ejemplos históricos, se ha convertido en referencia obligada para entender y rechazar las pretensiones de planificación centralizada.