Publicado en 1899, en plena Segunda Revolución Industrial, su autor, economista y sociólogo, examina cómo las clases altas emplean el consumo ostentoso y el ocio conspicuo para exhibir poder, generar distinción y fomentar la emulación social. Organizada en capítulos que combinan análisis histórico y sociológico, la obra explora mecanismos de gasto para señalar estatus, la simbología del lujo y las consecuencias ineficientes de estas prácticas. Con este enfoque demuestra que el consumo no solo satisface necesidades, sino que funciona como mensaje social. Sus ideas sentaron las bases de la sociología del consumo y del marketing contemporáneo, y siguen siendo clave para entender las dinámicas de desigualdad y prestigio.