Publicada en 1926, la obra de Nikolái Bujarin se sitúa en el contexto de la Rusia soviética post-revolucionaria, donde se debatían las bases del nuevo orden económico. Su tesis central critica la economía rentista, argumentando que la acumulación de riqueza mediante la explotación de recursos naturales y la especulación es insostenible. La estructura del texto aborda temas como la propiedad, el trabajo y la distribución de la riqueza, analizando las implicaciones sociales y políticas de estas dinámicas. La relevancia de la obra radica en su contribución al pensamiento marxista y su análisis de la transición hacia el socialismo, influyendo en debates económicos posteriores.