Publicada en 1979, la obra de Alvin W. Gouldner se sitúa en un contexto de transformación social y cultural en la década de 1970, marcado por el desencanto hacia las instituciones tradicionales. Gouldner argumenta que los intelectuales han perdido su papel crítico y se han convertido en una nueva clase que busca su propio interés. La estructura del texto se organiza en análisis de la función social del intelectual, el impacto de la tecnología y la burocratización en el conocimiento. Temas como la alienación, el poder y la responsabilidad social son centrales. Su relevancia radica en la crítica a la despolitización de los intelectuales y su implicación en el cambio social.