Publicada en 1997, la obra de Antonio Escohotado se sitúa en un contexto de creciente interés por las ciencias sociales tras la caída del comunismo y el auge del neoliberalismo. Su tesis central sostiene que las ciencias sociales deben adoptar métodos científicos rigurosos para entender la complejidad de la sociedad. La estructura del texto aborda temas como la epistemología, la metodología y la crítica a las ideologías. Escohotado examina la relación entre el individuo y la sociedad, destacando la importancia de la libertad personal. La obra es relevante por su enfoque interdisciplinario y su defensa de la racionalidad en el estudio social.