Agudo y polémico economista y crítico social, Thorstein Veblen (1857-1929) dejó un amplio legado de sociología y antropología cultural indispensable para conocer un aspecto importante del alma colectiva de las nuevas sociedades opulentas surgidas como consecuencia de la revolución industrial. Su «Teoría de la clase ociosa» es un original trabajo en el que analiza crítica y casi satíricamente los mecanismos que llevan a una determinada clase social a apropiarse del ocio y entregarse al consumo exacerbado, consumo que cumple una función social fundamental en la reproducción económica y en la reproducción simbólica a través de la emulación, que incentiva el consumo de las otras clases. Aunque publicada en 1899, muchos de los análisis y observaciones de esta obra de Veblen -prologada y traducida por Carlos Mellizo- mantienen, teniendo en cuenta y asumiendo las inevitables metamorfosis que han llevado aparejadas el siglo XX y los comienzos del XXI, una desazonadora vigencia.
Onfray nos muestra que ha llegado la hora de contar la otra historia, la contrahistoria de la filosofía, la que reivindica el cuerpo frente al alma, la felicidad frente al tormento, el hedonismo contra el ideal ascético, el goce de la vida en lugar de la preparación para la muerte. La historia de una filosofía materialista, que fue una tendencia poderosa entre los griegos aunque luego la silenciara el idealismo. Los manuales, las enciclopedias y los tratados canónicos de filosofía son instrumentos ideológicos con los que «la historiografía toma el lugar de la guerra» para seguir imponiendo su línea dominante. Pero la importancia de Las sabidurías de la antigüedad no radica sólo en la defensa convincente de esa tesis sino que incluye la demostración de que, en efecto, esa contradicción tiene grandes maestros que oponer a la línea canónica. Y para ello Onfray empieza por los antiguos, se remonta a cínicos como Aristipo de Cirene o Diógenes de Sinope, materialistas como Demócrito y el poeta Lucrecio, hedonistas como Epicuro y Filodemo de Gadara, entre muchos otros. Así, este libro fascinante es al mismo tiempo una anti y una contraenciclopedia, una brillante y gozosa lección que nos muestra la otra rama dorada del pensamiento filosófico, la que enseña que el placer y el disfrute de la vida no van en contra de la virtud ni de la inteligencia. A finales del siglo XIX Nietzsche señaló el camino; a principios del XXI Onfray demuestra que éste es, más que ningún otro, el momento de liberarse del idealismo y abrirse a la otra tradición, la del hedonismo y el cuerpo.
Judith Butler es una de las feministas de referencia en el panorama filosófico actual y El género en disputa es un texto indispensable para el movimiento feminista. El género en disputa, obra fundadora de la llamada teoría queer y emblema de los estudios de género como se conocen hoy en día, es un volumen indispensable para comprender la teoría feminista actual: constituye una lúcida crítica a la idea esencialista de que las identidades de género son inmutables y encuentran su arraigo en la naturaleza, en el cuerpo o en una heterosexualidad normativa y obligatoria. Libro interdisciplinario que se inscribe simultáneamente en la filosofía, la antropología, la teoría literaria y el psicoanálisis, este texto es deudor de un prolongado acercamiento de la autora al feminismo teórico, a los debates sobre el carácter socialmente construido del género, al psicoanálisis, a los estudios pioneros sobre el travestismo, y también a su activa participación en movimientos defensores de la diversidad sexual. Así, con un pie en la academia y otro en la militancia, apoyada en su lectura de autores como Jacques Lacan, Sigmund Freud, Simone de Beauvoir, Claude Lévi-Strauss, Luce Irigaray, Julia Kristeva, Monique Wittig y Michel Foucault, Butler ofrece aquí una teoría original, polémica y desde luego subversiva, responsable ella misma de más de una disputa.
Publicado originalmente en 1935, surgió en un contexto de expansión estatal durante el New Deal en Estados Unidos, invitando a reflexionar sobre los límites del poder gubernamental. A través de una serie de conferencias, se plantea que este poder estatal crece siempre a costa de la capacidad social de la comunidad, cuyo espacio se va reduciendo. Introduce una distinción clara entre el poder que emana de la sociedad y aquel que impone el Estado mediante coerción. Analiza cómo intervenciones estatales, ya sea en la economía, la asistencia social o la burocracia, erosionan la autonomía comunitaria. Su estructura, ágil y provocadora, combina historia, teoría política y crítica cultural. Su relevancia radica en haber inspirado corrientes conservadoras y libertarias posteriores, ayudando a consolidar una narrativa que valora los derechos naturales y la autonomía social frente al poder coercitivo.
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Es posible que algunos tachen de ingenuidad el recuerdo de aquellos Catecismos clásicos como el «Astete» y el «Ripalda», que formaron en el pasado a tantas generaciones de cristianos. Sí, ya sé que los pedagogos modernos han levantado su voz contra el método memorista; pero lo que en la práctica consiguieron fue hacernos caer en el extremo opuesto de un conceptualismo ininteligible para los niños e inútil para los adultos. Actualmente los niños no entienden mejor los nuevos Catecismos y no se les urge la necesidad de aprenderlos de memoria; cuando lleguen a la mayoría de edad, caerán en el ateísmo práctico «con todas sus consecuencias» ante la imposibilidad de querer y practicar lo que desconocen.