Publicado originalmente en 1913, este libro surge a comienzos del siglo XX, un momento de intensos debates sobre el origen del capitalismo moderno. El autor sostiene que no fue la ética del trabajo o el ahorro lo que generó el capitalismo, sino el deseo de lujo: la demanda de bienes de ostentación por parte de las clases altas desempeñó un papel decisivo. Analiza cómo el lujo —ligado a cambios en costumbres, relaciones sociales y aspiraciones de estatus— fomentó la industria, el comercio y la transformación social. La obra se divide en capítulos dedicados a la evolución histórica del lujo, su impacto económico y su dimensión cultural. Su relevancia radica en ofrecer una interpretación cultural-económica del capitalismo, distinta de las explicaciones centradas en el trabajo o la moral religiosa, influyendo en posteriores estudios sobre consumo, sociedad y clases sociales.