Publicado en 1976 por RKP, surge tras el informe del Club de Roma que advertía de límites biológicos al crecimiento. Su autor, economista austriaco-británico, defiende que las verdaderas restricciones al progreso material son sociales, por la escasez de bienes posicionales cuya utilidad depende de la exclusividad. Estructurado en introducción y capítulos, examina la competencia posicional, categoriza bienes escasos y muestra cómo la expansión productiva intensifica la frustración y debilita el capital social. Explora implicaciones para la distribución de la riqueza, la movilidad social y el bienestar. Al redefinir las fronteras del crecimiento económico, sentó las bases de la teoría de bienes posicionales y enriqueció el debate sobre desigualdad y desarrollo sostenible.