En 1988, Margaret Levi explora cómo las instituciones políticas influyen en la recaudación de ingresos y la gobernanza. Su obra se centra en la relación entre el estado y la sociedad, analizando cómo las decisiones fiscales afectan la legitimidad y la estabilidad política. Levi busca entender las motivaciones detrás de la cooperación entre ciudadanos y gobiernos, destacando la importancia de la confianza y el compromiso en la construcción de un sistema fiscal efectivo.