Publicado en 1909 por Giovanni Papini, es una obra que refleja el desencanto y la crisis de la modernidad en un contexto europeo marcado por la inestabilidad política y social. La tesis central aborda la búsqueda de la verdad y la lucha contra la hipocresía de la sociedad. Estructurado en una serie de ensayos, el libro explora temas como la existencia, la muerte y la espiritualidad. Su relevancia radica en su crítica incisiva a la cultura contemporánea y su influencia en el pensamiento existencialista, anticipando debates que resonarían en el siglo XX.