Publicado en 1947 por Plon en Francia, nace tras la Segunda Guerra Mundial en un momento de acelerada industrialización y expansión técnica. El autor denuncia la progresiva mecanización de la vida pública, que convierte a las personas en autómatas desprovistos de valores espirituales. Conformado por un prefacio y catorce ensayos radiofónicos, aborda temas como la pérdida de la autenticidad, la amenaza de la tecnocracia y la defensa de la vida rural tradicional. Propone un regreso a la dignidad humana mediante la exaltación de la libertad interior y el sentido religioso. Su enfoque prefigura la crítica contemporánea a la alienación tecnológica e inspiró corrientes neotradicionalistas. Propone revalorizar la tradición comunitaria frente al individualismo masificado.