Publicado en 1623, fue concebido durante el encierro de su autor en la Italia renacentista, marcada por tensiones entre el poder eclesiástico y los brotes de pensamiento humanista. Propone una república ideal donde la propiedad es común, el trabajo y la educación están reglamentados por sabios-filosofía, y las decisiones se toman colectivamente buscando el bien común. Se estructura como un diálogo entre un viajero y un conocedor de la ciudad, que describen sus plazas, templos, talleres y escuelas, y explican la división del espacio, las tareas y los rituales. Sus temas abarcan la igualdad material, la armonía social y la primacía de la razón. Ha dejado huella en la tradición utópica y en el debate sobre organización política y justicia distributiva.