Publicada en 1990, la obra se enmarca en el periodo de la Primera Guerra Mundial y la efervescencia cultural de los años veinte en Estados Unidos. Pertenece a una serie de novelas históricas que exploran el devenir del poder en el país. Su argumento principal contrapone los centros del entretenimiento y la política: mientras Washington entra en conflicto con temas como el ingreso en la guerra y el tratado de Versalles, surge la industria cinematográfica como un nuevo motor de influencia social. La narración alterna perspectivas reales y ficticias: desde presidentes como Wilson, Harding y Roosevelt, hasta figuras del cine silente y personajes inventados que encarnan esa transición. Estructurada con realismo histórico y dramatismo, esta novela es relevante por mostrar cómo el cine comienza a moldear la identidad nacional y la opinión pública, en una era decisiva para la consolidación del “imperio” estadounidense.