Las ideas expuestas en estas páginas maduraron en la mente del autor durante los primeros años del comunismo constructivo en Petrogrado. El gobierno comunista, embriagado por sus éxitos en la contrarrevolución, había prometido ocuparse rápidamente de todos los problemas económicos ahora que tenía las manos libres para hacerlo. Fue en este momento de sus mayores triunfos cuando el autor planteó su tesis de que el sistema del comunismo marxiano, tal como se concebía entonces, era intrínsecamente insano y debía derrumbarse inevitablemente.