Publicado en 1922, en el contexto convulso de entreguerras y tras la revolución bolchevique, un economista austríaco analiza el socialismo desde ángulos teórico, histórico y sociológico. Sostiene que la desaparición de la propiedad privada impide el cálculo económico: sin precios en un mercado libre, es imposible asignar recursos racionalmente. La obra se estructura en un prefacio y tres grandes partes que examinan la génesis intelectual del socialismo, su viabilidad práctica y las consecuencias sociales de su implantación. Aborda temas como la función del precio, la motivación individual, la burocracia y el poder estatal. Al combinar rigor analítico con ejemplos históricos, cimentó la crítica a las planificaciones centralizadas y sigue siendo piedra angular de la economía austríaca y del debate sobre la eficacia y la libertad.