Publicado en 1957, en el auge de la sociología funcional y comparativa de la posguerra, este estudio ofrece un análisis sistemático de las formas de estratificación en distintas sociedades. Su autor define los elementos estructurales (clase económica, estatus social y prestigio comunitario) y los procesos que los sustentan (movilidad, transmisión generacional y mecanismos de exclusión). Organizado en varios capítulos que combinan teorías clásicas con estudios de caso empíricos, examina cómo varían las jerarquías según factores como el parentesco, la religión y la participación ciudadana. Con más de quinientas páginas, aporta un marco conceptual claro para entender la reproducción de la desigualdad y sigue siendo obra de referencia en los debates sobre justicia social y movilidad.