En algún momento del siglo XVIII, la palabra «igualdad» ganó terreno como ideal político, pero la idea siempre fue vaga. En este tratado, Erik von Kuehnelt-Leddihn sostiene que se redujo a una idea simple y muy peligrosa: la igualdad del poder político tal y como se plasma en la democracia. Presenta los argumentos más sólidos posibles para demostrar que la igualdad democrática no es la base de la libertad, como se cree comúnmente, sino del estado totalitario. Utiliza el nacionalsocialismo como ejemplo principal. Además, sostiene que la antigua noción de gobierno por la ley se mantiene en las antiguas monarquías, restringida por una élite noble. La aristocracia, y no la democracia, nos dio la libertad. En su argumentación, incluye toda la antigua tradición liberal y ofrece pruebas abrumadoras para defender su tesis. En nuestros tiempos, la guerra y el totalitarismo navegan efectivamente bajo la bandera democrática. Este libro, capaz de cambiar la mayor parte de lo que creías saber sobre los sistemas políticos, se publicó por primera vez en 1952.