Publicado en 1954 tras las ponencias de la Sociedad Mont Pèlerin de 1951, reúne ensayos editados por Hayek que examinan la historiografía del capitalismo. Contextualizado en la posguerra, reflexiona sobre el impacto de las interpretaciones históricas en el debate económico. Su tesis central sostiene que los juicios sobre la era industrial a menudo están condicionados por prejuicios políticos que distorsionan la objetividad histórica. Estructurado en dos secciones temáticas, incluye ensayos de T. S. Ashton, L. M. Hacker y B. de Jouvenel sobre el nivel de vida y la industrialización. Entre sus temas destacan los sesgos anticapitalistas, el análisis de salarios reales y la revisión crítica del informe del Comité Sadler. Argumenta que la comprensión del crecimiento económico exige separar el rigor analítico de las convicciones morales para ofrecer una visión equilibrada. Su influencia perdura en la historiografía económica y en los estudios de métodos historiográficos, consolidándose como referencia obligada para entender cómo las interpretaciones ideológicas moldean la concepción del progreso económico.
Aunque concebida inicialmente como respuesta a las Reflexiones sobre la Revolución en Francia de Edmund Burke (obra incluida ya en esta colección), Derechos del hombre -publicada en 1791 y reimpresa numerosas veces a lo largo de los años siguientes- es la elaboración más completa del pensamiento político de Thomas Paine (1737-1809). El valor permanente de este libro clásico, más allá de su propósito polémico coyuntural, descansa en su planteamiento de la posibilidad de un cambio total y extrae su vigor de «la modernidad de sus ideas, su forma de expresarse y la visión de los derechos innatos de todo ser humano». Calificada por G. D. H. Cole como «la Biblia de los pobres», esta obra revolucionaria, escrita para la gente del común con el lenguaje apasionado de los grandes propagandistas y agitadores, lanza un ataque devastador contra el Antiguo Régimen, critica el sistema económico de la época (desde los impuestos indirectos hasta el cercamiento de tierras, pasando por la creciente miseria de las ciudades) y defiende, desde los postulados del optimismo racionalista, la libertad y la redistribución de la riqueza, el gobierno democrático y la soberanía popular.
Esta obra, publicada en 1817 por David Ricardo en Inglaterra tras las reflexiones de Adam Smith y Jean-Baptiste Say y en pleno auge de la Revolución Industrial, sienta las bases de la economía política clásica. Su autor define el valor de los bienes por el trabajo incorporado, explica cómo la renta de la tierra y los beneficios empresariales dependen del crecimiento de la población y de la extensión del cultivo, y desarrolla la teoría de la ventaja comparativa para el comercio exterior. Se organiza en prólogo y veintiséis capítulos que abordan el valor, la renta de la tierra, los salarios, los beneficios, el comercio internacional y la tributación. Sus ideas consolidaron los principios de distribución y libre comercio que aún sustentan la teoría económica contemporánea.
Una obra revolucionaria, la historia de la evolución humana y animal más importante desde El origen de las especies de Darwin, por el más insigne de sus sucesores.¿De dónde venimos? ¿Qué somos? ¿Adónde vamos?En una obra apasionante que culmina el trabajo de toda una vida, Edward O. Wilson plantea estas tres cuestiones fundamentales y demuestra que la religión, la filosofía y la reflexión no pueden dar respuestas por sí solas, y que la única forma realista de resolver el enigma de nuestra condición humana pasa por la erudición científica.El más insigne sucesor de Darwin rediseña la historia de la evolución y recurre a su vasto conocimiento de la biología y del comportamiento social para revelar cómo la «selección de grupo» puede ser el único modelo que explique el origen del hombre, su dominación y su posterior conquista del planeta.
Un libro que será objeto de polémica en el ambiente cultural y mediático de la derecha. ¿A qué llamamos ser \"conservador\"? ¿En qué se diferencia el conservadurismo de la propuesta liberal? Y, sobre todo, ¿qué proponen los conservadores para el mundo de hoy? César Vidal nos presenta aquí una posible respuesta a estas preguntas. En ella, Russell Kirk, el padre del pensamiento conservador contemporáneo, expone modo de concebir nuestra sociedad y nuestra civilización. Y no lo hace con esquemas de trazo grueso, sino con pinceladas de color y creatividad: diez libros conservadores, diez figuras históricas conservadoras, una reflexión conservadora sobre la educación, sobre las relaciones internacionales, sobre la economía. Siendo un claro partidario de la economía de libre mercado, la reflexión de Kirk va más allá del mero enfoque economicista. Se define como conservador en sentido clásico, es decir; como el heredero de una civilización. Civilización deudora del compromiso del individuo con la comunidad y del fervor religioso, del sentido del bien y el mal, de la multitud de vínculos sociales a los que el hombre se somete, de instituciones diversas que se han creado durante el acontecer histórico, de los compromisos y lazos intangibles con nuestros antepasados... «¿Qué es todo lo que me rodea, este confuso mundo repleto de bienes materiales brillantes y de espantoso deterioro personal y social? A pesar de sus muchos vicios, he descubierto que es un mundo real en el que es posible desarrollar y ejercer el potencial de virtudes que todos llevamos dentro, para ejercer el valor, la prudencia, la templanza y la justicia, y también la fe, la esperanza y la caridad. Es un mundo que no nos ahorra tropiezos ni caídas, Dios es testigo, pero en el que también se pueden saborear los triunfos. Un mundo en el que queda tanto por hacer que nadie debería aburrirse».
La invención del poder echa por tierra el pensamiento convencional acerca de la cultura, la religión y la raza de Europa, y presenta una convincente y novedosa visión que resuelve uno de los grandes enigmas de la historia: ¿por qué Occidente se convirtió en la civilización más poderosa? La excepcionalidad occidental ―la idea de que las civilizaciones europeas son más libres, más ricas y menos violentas― es una poderosa noción política ampliamente extendida. Ha sido el origen de la paz y la prosperidad de diversas sociedades, pero también la causante de los estragos y la limpieza étnica en otras. En La invención del poder, Bruce Bueno de Mesquita recurre a sus conocimientos como especialista en gestión política y acuerdos de alto nivel para ofrecernos una nueva y revolucionaria teoría acerca de la excepcionalidad occidental: que un único acontecimiento del siglo XII cambió el curso de la historia europea y mundial. Al forjar un compromiso entre iglesias y naciones-Estado que, a todos los efectos, intercambiaban dinero por poder y poder por dinero, el Concordato de Worms, firmado en 1122, incentivó el crecimiento económico, facilitó la secularización y mejoró el destino de los ciudadanos. Todo ello propició que los países europeos siguieran el camino de la prosperidad. En los siglos siguientes, los que han mostrado una dinámica competitiva similar entre Iglesia y Estado han obtenido a la larga mejores resultados que aquellos que no. La invención del poder es una obra de formidable erudición: visionaria, original y esencial, plantea a la vez la cuestión de quiénes somos y de dónde venimos, y responde a estas preguntas con fundamento y rotundidad.