Publicada en 1871, esta obra aparece en una época victoriana comprometida con la moralidad individual y las virtudes civiles. El autor sostiene que el carácter es la fuerza moral que mueve al mundo, más respetable que el talento, pues proviene del corazón y del deber cotidiano. Está organizado en capítulos que analizan, entre otros, la influencia familiar, el ejemplo de los amigos, el valor, el autocontrol, la disciplina del trabajo y la compañía de los libros o del matrimonio. Subraya que cada acto y pensamiento contribuye a forjar hábitos e inteligencia. Su importancia radica en fomentar una ética personal basada en la responsabilidad, la constancia y la integridad, pilares renovadores del ideal victoriano y la cultura reformista.
Reedición ilustrada y exhaustivamente anotada de “El libro del hombre de bien”, todo un clásico publicado en 1843 en Barcelona (Antonio Bergnes y Cª). Se trata de una edición indispensable para conocer y adentrarse en la vida y espíritu del célebre ilustrado norteamericano. Una extraordinaria selección de opúsculos morales, económicos, científicos y políticos, precedida por una biografía de este polifacético padre fundador de los Estados Unidos de América. «Pocos hombres ha habido que, como Franklin, se hayan colocado en un puesto tan elevado entre los bienhechores de la humanidad, y cuya vida presente tantos y tan buenos ejemplos que seguir, tantas lecciones útiles que recordar. Filósofo a la manera de Sócrates, estudió la moral en sí mismo, y no se creyó con derecho para dar lecciones hasta después de haber aplicado sus preceptos a su propia vida. Político generoso y diestro a la vez, se desveló con tesón para ilustrar los entendimientos y civilizar el mundo; quiso ser deudor de sus triunfos a la sola persuasión; no transigió jamás con ninguno de sus deberes, ni jamás cedió ninguno de sus derechos: nadie, tanto como él, contribuyó a preparar y a consolidar la emancipación de los Estados Unidos de América, ¡acontecimiento inmenso! cuya trascendencia sobre la suerte del mundo estamos todavía distantes de poder concebir. Observador prolijo y juicioso, robó más de un secreto a la naturaleza. A su genio investigador debemos la invención del pararrayos, y los usos más ordinarios de la vida se han enriquecido con las infinitas aplicaciones que supo hacer de las ciencias.
Editada por un equipo que incluye a Roderick T. Long, esta antología se publicó entre finales de 2017 y principios de 2018, enmarcada en un contexto contemporáneo interesado en reevaluar los orígenes del análisis de clase más allá del marxismo. Su tesis central sostiene que el estudio de la clase tiene raíces liberales profundas que anteceden a Marx, poniendo énfasis en cómo el poder estatal no solo refleja sino constituye las diferencias de clase. Está organizada en secciones que recogen textos clásicos (desde el siglo XVII) y ensayos modernos que ilustran esta tradición alternativa. Resulta relevante por rescatar voces olvidadas del liberalismo radical, renovando el debate en teoría social política y ofreciendo nuevas vías de investigación sobre el vínculo entre Estado y estratificación.
William Strauss y Neil Howe harán que cambie su manera de ver el mundo, y de cuál es su lugar en este mundo. Con una resplandeciente originalidad, El cuarto giro ilumina el pasado, explica el presente e imagina el porvenir. Pero lo más notable es que ofrece una profecía mostrando claramente cómo el pasado de Estados Unidos predice su futuro. Strauss y Howe fundamentan esta visión en una provocadora teoría sobre la historia americana. Los autores se remontan quinientos años atrás y revelan un esquema muy preciso: la historia moderna evoluciona por ciclos. Cada ciclo tiene la duración aproximada de una larga vida humana y se compone de cuatro eras de veinte años ―o «giros»― que constituyen el ritmo estacional de la historia: crecimiento, madurez, entropía y renacimiento. Ilustrando este ciclo con un brillante análisis del periodo que siguió a la Segunda Guerra Mundial, El Cuarto Giro propone unas audaces predicciones sobre este periodo en el que ya estamos plenamente inmersos y que debería extenderse hasta el año 2030, aproximadamente. Los autores muestran igualmente cómo deberíamos afrontar, individual y colectivamente, los cambios sociales que, sin duda, trae consigo la vivencia de una etapa tan importante de la historia humana y que, con la globalización, no solo afecta a Estados Unidos sino a toda la civilización occidental.
El gran interés de este ensayo de Kate Millett -ensayo que, a pesar de su modernidad, se ha convertido en un clásico de la literatura feminista- radica en la coexistencia en su análisis de dos críticas, la literaria y la cultural, que permiten captar los nítidos reflejos que la literatura ofrece de esa vida que describe, interpreta e incluso deforma. \"Política sexual\" se divide en tres grandes partes. La primera gira en torno a la afirmación de Millett de que el sexo reviste un cariz político que suele pasar inadvertido la mayoría de las veces. La segunda parte es eminentemente histórica y su objetivo es aclarar la transformación de las relaciones sexuales tradicionales, experimentada a finales del siglo XIX y principios del XX. En la tercera parte Kate Millett se centra en las consideraciones literarias estudiando la obra de autores tan representativos de esa época como D. H. Lawrence, Henry Miller, Norman Mailer y, como contraste frente a éstos, Jean Genet.
La Introducción a la historia universal, también conocida en occidente como los Prolegómenos y en árabe como Al-Muqaddima, fue escrita en 1377 como prólogo del primer libro de la historia mundial de Ibn Jaldún. No obstante, ya en vida del autor, fue considerada como una obra independiente, de carácter enciclopédico que engloba el conjunto de los conocimientos del siglo XIVque hoy relacionamos con facilidad con la filosofía, la historia, la economía, la sociología, la política, el urbanismo, la medicina, la magia, la religión, la filología o la ecología. Ibn Jaldun se valió para ello de todas las fuentes escritas de la época: greco-latinas, bizantinas y musulmanas. Muchos pensadores modernos la ven como una de las fuentes originales de las que beben las ciencias sociales. Lo que hoy llamamos al-Muqaddima, literalmente La Introducción, que se edita generalmente separada del resto de la obra, está constituida por la Introducción y el Libro Primero y que, como se ve, contiene las consideraciones que deben ser tenidas en cuenta para entender los acontecimientos históricos, de los que se da cuenta en los otros dos Libros. Aunque podemos considerarla independiente del Kitāb al-Icbar, al que sirve de prólogo y de clave explicativa, debe ser contemplada como la creación de un sabio medieval, como tal obligado a saber y capaz de tratar de omni re scibile (“de todo lo susceptible de ser sabido”), como pretendieran en el siglo siguiente al de nuestro autor los grandes autores definidores del humanismo. La extraordinaria relevancia de las ideas socio-políticas y socio-culturales expuestas en al-Muqaddima han hecho que se preste menos atención a otos aspectos de la obra que, en otras circunstancias, hubieran despertado mayor interés.