Esta obra, publicada en 1817 por David Ricardo en Inglaterra tras las reflexiones de Adam Smith y Jean-Baptiste Say y en pleno auge de la Revolución Industrial, sienta las bases de la economía política clásica. Su autor define el valor de los bienes por el trabajo incorporado, explica cómo la renta de la tierra y los beneficios empresariales dependen del crecimiento de la población y de la extensión del cultivo, y desarrolla la teoría de la ventaja comparativa para el comercio exterior. Se organiza en prólogo y veintiséis capítulos que abordan el valor, la renta de la tierra, los salarios, los beneficios, el comercio internacional y la tributación. Sus ideas consolidaron los principios de distribución y libre comercio que aún sustentan la teoría económica contemporánea.