Cuando entendamos que nuestras mejores expresiones humanas provienen de culturas anteriores a la civilización y que el mundo natural ofrece contextos para realizar nuestros sueños, avanzaremos hacia la reconciliación de opuestos creados por nosotros mismos. Paul Shepard, uno de los pensadores más originales de su tiempo, exploró esta idea en obras como The Tender Carnivore and the Sacred Game, Thinking Animals y Nature and Madness. Su principio central sostiene que nuestra esencia humana deriva de una herencia genética forjada durante el Pleistoceno, cuya actual subversión explica muchos males ecológicos y sociales. Terminada poco antes de su muerte en 1996, Coming Home to the Pleistocene es la culminación de su visión: retoma sus hilos, integra nuevas investigaciones y propone entornos ecológicos y prácticas culturales que respeten nuestras raíces evolutivas para mejorar la salud y el bienestar humanos.