Publicado en 1987, en plena ofensiva neoliberal de la era Thatcher y los debates sobre el repliegue estatal, el autor examina cómo el Estado de bienestar británico transita hacia un “pluralismo asistencial”: la provisión de servicios sociales se reparte entre sector público, mercado, voluntariado y familia. La obra combina revisión histórica y análisis teórico en varios capítulos que estudian salud, educación, vivienda y asistencia social, evaluando costes, eficacia y legitimidad democrática. Su tesis central sostiene que la desestatización no elimina la responsabilidad pública, sino que la reconfigura mediante arreglos mixtos y nuevas formas de control. El libro resulta clave para entender el paso del welfare keynesiano al modelo mixto contemporáneo y aporta herramientas para valorar sus impactos en equidad y ciudadanía.